Este miércoles Banfield venció por la Liga, pero hay imágenes que siguen generando bronca.

Este miércoles, como en todos los partidos, fui al estadio de Banfield para ver lo que terminó siendo triunfo del querido Taladro por 2-1 ante Central Córdoba de Santiago del Estero. Pero lo que debería haber sido una jornada alegre por el triunfo, me dejó un sinsabor y una preocupación por todo lo que sucede en nuestro estadio y que se repite partido a partido.

Este miércoles dejé mi tradicional platea y fui a la tribuna Fani, en solidaridad con el pedido de muchos socios y socias de Banfield que esperan poder recuperar un lugar históricamente popular. Lo cierto es que me entusiasma la cantidad de gente que se acerca a saludar, a debatir y a compartir sus opinones sobre la actualidad y el futuro de nuestro club. Incluso con aquellas personas con las que estamos en desacuerdo, siempre reina el respeto y la cordialidad.

Pero esto no es algo que suceda en todos los sectores de nuestro estadio. Con sorpresa vimos cómo la policía ordenaba retirar las banderas que pedían por la no violencia ¿A quién pueden molestarle estas expresiones genuinas y pacíficas?

Hace rato que en nuestro club se respiran y se observan situaciones muy extrañas. Como ya hemos dicho, podemos estar en desacuerdo, competir eventualmente en una contienda electoral y tener visiones diferentes, pero el límite es la violencia. Y, por desgracia, es un límite que cada vez se corre más.

Espero y deseo que más temprano que tarde, cada vez que vayamos al estadio sólo estemos atentos al esfuerzo de nuestros jugadores y la capacidad de nuestro cuerpo técnico.